El charrismo sindical es una expresión que viene desde la época del PRI. Proviene de los años cincuentas, cuando cierto personaje (cuyo nombre no recuerdo) del sindicalismo oficial gustaba de ponerse trajes de charro en todas las fiestas, y como era un líder de la CTM, se les empezó a llamar "líderes charros". El charrismo sindical es la total sumisión de los sindicatos a las órdenes del gobierno en aquel entonces priísta, sin tomar en cuenta las demandas de los trabajadores. Los líderes sindicales eran en automático miembros del PRI, y a él le debían sus favores. Así, si un empresario amigo de un funcionario tenía problemas con su sindicato, simplemente se ponían de acuerdo con el líder sindical y no había huelgas, ni paros, ni broncas. Las organizaciones obreras más grandes eran la CTM, la FROC, el SYTATIR, todas ellas existen todavía pero con poder disminuído. A mediados de los noventas surge el "sindicalismo independiente", en el que grandes sindicatos de grandes empresas se desligan del PRI y toman sus propias decisiones sin consultar a ningún partido, formado por los sindicatos de Telmex, CFE, IMSS, etc.
En la actualidad se habla del "neocharrismo", o de los nuevos sindicatos que están mostrando subordinación a los gobiernos panistas al estilo del PRI. Por ejemplo, el nuevo sindicato de los mineros que quedó después de Napoleón Gómez Urrutia, este acusa que el sindicato fué ignorado y el nuevo líder fué impuesto por el gobierno federal. Otro caso son el SNTE y FSTSE, de los maestros y trabajadores del gobierno federal respectivamente, que apoyan en todo, sin discusión y sin restricciones (como el apoyo a la criticada nueva ley del ISSSTE), las decisiones del presidente de la república. A ver hasta donde llega este neocharrismo.
En la actualidad se habla del "neocharrismo", o de los nuevos sindicatos que están mostrando subordinación a los gobiernos panistas al estilo del PRI. Por ejemplo, el nuevo sindicato de los mineros que quedó después de Napoleón Gómez Urrutia, este acusa que el sindicato fué ignorado y el nuevo líder fué impuesto por el gobierno federal. Otro caso son el SNTE y FSTSE, de los maestros y trabajadores del gobierno federal respectivamente, que apoyan en todo, sin discusión y sin restricciones (como el apoyo a la criticada nueva ley del ISSSTE), las decisiones del presidente de la república. A ver hasta donde llega este neocharrismo.
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