Posted: 15 Jun 2011 07:46 AM PDT
Escrito por Carlos Ornelas
“México manda una bolsa para incorporar a los dirigentes sindicales a la carrera magisterial. Por medio de ella se premia a esos dirigentes sin que tengan que pasar por los exámenes y cumplir los requisitos que los demás maestros deben satisfacer.”
Mi entrega del 1 de este mes —donde hago la crítica a la reforma de la carrera magisterial, que el presidente Calderón y la presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, firmaron en Puebla— suscitó una pregunta crucial. Un maestro me escribió: “Me sorprende la afirmación sobre la existencia de una cuarta vertiente de carrera magisterial, ¿podría decirme a quién se aplica y por qué no la conocemos los maestros? Esas cuestiones merecen respuesta”.
En charlas e investigaciones formales que he realizado, he constatado que en realidad esa “cuarta vertiente de la carrera magisterial” es desconocida para la mayoría de los docentes, clandestina, pues. Y los maestros no sabían de su existencia porque fue un secreto bien guardado.
Me enteré de la cuarta vertiente mediante charlas con docentes en grupos de enfoque y en entrevistas formales con tres coordinadores estatales de las comisiones SEP-SNTE de carrera magisterial, en 1999. El secretario de Educación y Cultura de Zacatecas, en el gobierno de Ricardo Monreal, Apolonio Castillo Ferreira, me comentó: “México manda una bolsa para incorporar a los dirigentes sindicales a la carrera magisterial. Por medio de ella se premia a esos dirigentes sin que tengan que pasar por los exámenes y cumplir los requisitos que los demás maestros tienen que satisfacer” (entrevista del 25 de febrero de 2000).
Lilian Hernández ofreció una prueba dura y de paso exhibió a un beneficiario de esa cuarta vertiente: “En el taller (donde Mexicanos Primero informó de profesores “fantasma” y que había docentes que no trabajaban y recibían salario e incentivo de la carrera magisterial) estuvo presente el profesor Miguel Islas Chío, integrante del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE y secretario de Educación de Tlaxcala hasta diciembre de 2010, quien trató de desmentir dicha información al exponer que, si había más docentes con este estímulo, era porque a veces hay maestros con dos plazas y por eso parecen más”. Lilian no quedó conforme con la respuesta y además le preguntó si él estaba en ese programa. Islas Chío no respondió, mas ella hizo su tarea. Buscó en el portal del padrón nacional de docentes y encontró que él ostenta una plaza de director de primaria y en el último trimestre de 2010 obtuvo ingresos brutos por 217 mil 111 pesos; él obtuvo la categoría A de carrera magisterial en 1995. Si no recuerdo mal, en ese entonces Miguel Islas Chío era secretario general o formaba parte del Comité Ejecutivo de la Sección 15 del SNTE, en Hidalgo (Excélsior, 8 de junio).
En algunos foros, cuando mencionaba frente a maestros esa vertiente encubierta, algunos se mostraban sorprendidos, mas no incrédulos; pero si había líderes de las secciones del SNTE, lo objetaban y me exigían pruebas contundentes. El 25 de mayo pasado, la señora Gordillo reconoció su existencia y hasta hizo la crítica a los dirigentes que cobran en la carrera magisterial, sin dar clases.
Me pregunté si la señora Gordillo estaba dentro de la carrera magisterial. Seguí el ejemplo de mi colega Lilian Hernández y me fui a la misma página donde la SEP hace públicos los primeros resultados del padrón de maestros.
Encontré que la señora Elba Esther Gordillo no está dentro del esquema. Sin embargo, también hallé que disfruta de dos plazas, una de directora y otra de maestra frente a grupo, por las que obtuvo ingresos brutos en el tercer trimestre de 2010 por 156 mil y pico de pesos. Con todo y que 52 mil pesos por mes es una pequeña porción de lo que incorpora a sus arcas, es bastante para alguien que tiene más de 30 años ejerciendo “funciones sindicales” y un insulto para los maestros honestos.
Como han escrito algunos de mis corresponsales en el blog de Excélsior, que en el SNTE —y otros sindicatos— la corrupción está en su médula. La cuarta vertiente de la carrera magisterial es apenas uno de tantos mecanismos. Es cierto que esa forma patrimonial y clientelista tiene su origen en el régimen de la Revolución Mexicana, que le concedió prebendas a los dirigentes de los sindicatos corporativos a cambio de lealtad política y control de sus agremiados. Pero los gobiernos del PAN, en vez de frenar o revertir ese sistema de privilegios, lo han fortalecido.
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